Tormenta decisiva.

Los saudíes han llamado a su guerra contra el Yemen, «Tormenta decisiva», siguiendo la saga yanki  de la «Tormenta del Desierto», en Irak 1991, donde se cometieron  algunos de los peores crímenes del s.XX. EEUU dominado por los sionistas asesinó  a más de 100 mil civiles  iraquíes indefensos ,(aunque el gobierno iraquí hace una estimación de2300 personas fallecidas en la operación), sin contar las que perecerían a posteriori, la mayoría niños, a consecuencia de las sanciones draconianas impuestas a Irak.Según las Agencias especializadas de ONU, la prolongación durante 13 años de las sanciones económicas costaron al pueblo de Iraq un millón y medio de muertos, de ellos 600.000 menores de cinco años. Genocidio que fue cometido premeditadamente por algunos gobiernos y tolerado por el resto de la denominada “comunidad internacional”.

La entonces secretaria de Estado de EEUU  Madeleine Albright se jactó en la TV nacional, de que «valió la pena» la invasión, esto es, asesinar a medio millón de niños iraquíes. Albright es actualmente co-inversora junto a Rothschild y Soros, de una empresa por valor de 550 millones dolares que instala antenas de telefonía móvil sobre las cabezas de los africanos (teniendo en cuenta los efectos negativos que tienen esas antenas en la salud y su papel en las tecnologías de control mental encubiertas, uno se pregunta si los africanos no habrán servido de conejillos de indias en clandestinos experimentos).

La invasión sionista-saudí al Yemen, podría terminar como la invasión israelí en 2006 al Líbano. En aquella ocasión, los israelitas sufrieron pese a su sofisticado armamento, una humillante derrota frente a Hezbollah.

Los Huthis yemeníes están dispuestos a poner sus vidas en juego para defender su país, para defenderlo contra el invasor extranjero que representa el imperio de los banqueros del Nuevo Orden Mundial. A los invasores saudíes como les  pasó a los EEUU en Vietnam y los israelíes en el Líbano, les falta lo principal, ese soporte moral que le hace a uno correr riesgos.

La coalición de los «podridos» encabezada por Arabia Saudí y todos los emiratos del Golfo Pérsico, (que son parte de las propiedades de los corruptos banqueros sionistas – Bahrein, Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, país musulmán principal importador de bebidas alcohólicas), también incluye Jordania que es controlada desde las oficinas de la CIA en Aman,  Egipto, cuyo dictador al-Sisi, de linaje de los judíos marroquíes, es un agente sionista encubierto de toda la vida, y Marruecos cuyo rey es un supuesto homosexual y uno de los principales traficantes de drogas del mundo y que ha vendido Marruecos a los europeos y lo ha convertido en un macro burdel.

La rivalidad entre sunies y chiies es alentada interesadamente, el gran conflicto está entre la banca sionista y la resistencia. Si los sionistas pueden engañar a los sunies para que vean a los chiies como un enemigo, tendrán éxito en la destrucción de la región y mantendrán su hegemonía.

El EI nunca atacará al Régimen de Israel, por el contrario hay que ser muy despistado para no ver su colaboración en balcanizar el Oriente Medio, para eso les pagan. El EI no es un grupo extremista como nos cuentan los massmedia, sino uno de falsa bandera creado por el mundo sionista.

Al Sisi finge ser un árabe musulman y no lo es, el trabajo de al Sisi siempre fué recibir órdenes de Israel y transmitirlas a sus subordinados. No debe sorprendernos que su tio Uri Sibagh que sirvio en la Liga Judia en 1948-50 luego emigrara a tierras Palestinas ocupadas y empezara a trabajar para Ben-Gurion.Vergonzoso.